EL ODIO COMO COSECHA


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Por Luis Rodríguez 

A raíz de las declaraciones del pasado martes 4 de marzo del diputado Julio Borges fue responsable de unas declaraciones muy desagradables a nuestros oídos opositores “este miércoles no habrá movilizaciones por respeto a la muerte del expresidente Chávez y sus seguidores”. Como ya dije, esto nos cayó como un balde de agua fría, inmediatamente, los comentarios en las redes no se hicieron esperar, de todos los tipos y calibres, un total desprecio a su persona por dichas declaraciones, hasta un representante de un partido político en Madrid solicitó pedirle la renuncia, y aprovechando incluyó en la lista a otros más por tildarlos de chavistas (se preguntarán ustedes ¿qué hizo? Pues se quedó tranquilo al saber la verdad aparte de un buen regaño). Conozco a Julio y tendrá muchos defectos, pero impulsivo no es, ni loco, por lo que controlé mi reacción natural, luego, revisando en mi memoria las veces que pidió que dialogara con personas con las cuales tenía enfrentamientos dentro del partido en Lechería años atrás, incluyendo a mi amigo alcalde, siempre me pedía que dialogara una y otra vez, y buscara un punto común, un punto de encuentro, recordar esto me hizo pensar un poco sobre que nos está pensando y en que nos hemos convertido.

 Han sido 14 años que Chávez ha sembrado el odio en los corazones de todos nosotros, era su estrategia política, “o están conmigo o en mi contra” no había cabida para los términos medios. Muerto Chávez, uno de sus grandes legados a nuestra sociedad ha sido estimulado con mayor vehemencia en este último año, con más descaro e impunidad, la radicalización del comunismo como parte del programa de supervivencia del gobierno ilegítimo de Maduro.

Tomado mi tiempo supe que lo expresado por Julio era la línea, y en consenso, que dictó la Mesa de la Unidad, así que le tocó a Julio ser la persona encargada de pedir respeto por aquellos que aún consideran a Chávez como su líder (independientemente de si uno está de acuerdo o no) y por ende, pedir respeto por el mismo Chávez. El meollo del asunto es algo mucho más complicado y a las primeras de cambio, y como en los viejos juicios de la inquisición, inmediatamente fue “quemado” en las hogueras de las redes sociales. Me pregunto, ¿Pedimos respeto y no somos capaces de darlo? ¿Se puede recibir algo de que no se es capaz de dar? Me respondo que hay algo mal, muy mal en el fondo entre nosotros los venezolanos.

 Si pedimos respeto debemos ser capaces de darlo, el respetar no significa doblegarse o someterse; si pedimos tolerancia debemos de ser tolerantes, y ser tolerantes no significa estar de acuerdo o sucumbir; si pedimos paz debemos ser capaces de no ser violentos, no responder con violencia a los que nos agreden. ¿Difícil no es así? Sin embargo, sus declaraciones provocaron todo tipo de odio hacia su persona, al partido, y a misma la MUD.

 Yo entiendo que es muy natural el » ojo por ojo» es la respuesta que se espera, es un instinto básico el responder a través de la venganza, pero responder así ¿nos hace mejores? ¿Nos hace diferentes de lo que criticamos y combatimos? Es mucho más difícil, y de valientes, el poder controlar esos instintos básicos, hay que pensar de forma distinta, hay que actuar distinto.

Muchos usan pasajes de Gandhi, o Martin Luther King, personas apegadas a la no-violencia, aquellos que estaban determinados a no responder de igual forma, ellos no creían en el “ojo por ojo” sabían muy bien que ese camino solo lleva a la destrucción de ambas partes y por ende es necesario romper la espiral de violencia.

Hemos llegado al punto que no estar de acuerdo con alguna idea ya se te etiqueta, cualquier etiqueta, desde chavista, vendido, gafo, “comeflor”, pero la no-violencia no significa inacción, al contrario, requiere mucho más esfuerzo, estrategia, ingenio e inteligencia. Ya no escuchamos los que nos dicen, ni evaluamos las críticas, ni damos el “beneficio de la duda” pues Chávez nos ha inculcado durante 14 años un odio profundo a todo lo que es diferente, y eso hay que romperlo. Es hora de empezar a dejar de responder visceralmente y comenzar a usar la inteligencia para evaluar, analizar, hay que tomarse su tiempo.

 Tenemos que dejar el revanchismo, esto no quiere decir que los actos atroces no deban ser castigados y enjuiciados por crímenes de lesa humanidad, solo que no podemos generalizar, hay un pueblo allí que acompañó a Chávez durante 14 años, y aún siguen en su línea, ¿se puede negar esto? ¿Hacemos algo para convencerlos? Pues no, nos basamos en que somos portadores de la verdad y por ello deben seguirnos, pero ¿Nos hemos tomado la molestia de ver si están de acuerdo con nosotros?

 Ya lo dije una vez, no hay que esperar a que bajen los cerros, hay que subir a buscarlos y que nos acompañen, de otra forma nuestra causa está perdida. Mientras no reconozcamos que existe la mitad del país que aún no se deja convencer por los planteamientos de la MUD y no los tratemos como animales ignorantes, nunca podremos salir del atolladero y lo único que lograremos es afianzar un gobierno que a todas luces anda con “plomo en el ala”, moribundo, como dijo por allí un líder de la oposición.

rodriguezla@gmail.com

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