PERSPECTIVAS VENEZUELA 2.014


0890Por Jonathan Planchart Lerhmann

En artículo pasado comentábamos sobre la necesidad de hacer un ajuste al precio de la gasolina, puesto que resulta inadmisible que llenar un tanque de 60 litros de un automóvil en Venezuela cueste menos que una lata de refresco, una botellita de 250 cc de agua mineral o incluso un pan canilla.

No se corresponde con la realidad ni de los costos ni de las cosas. La gasolina es un combustible refinado cuyo procesamiento demanda altas inversiones así como su distribución que requiere un manejo especial por ser altamente inflamable. Por lo demás, seguir manteniendo un absurdo, irresponsable y antiecológico subsidio al precio del combustible -que por demás beneficia a los estratos sociales más elevados- congelado desde hace más de 14 años, ocasiona un inocultable hueco fiscal que es llenado con inflación y más impuestos.

Pero el tema de la gasolina se volvió un tema tabú a raíz de los sucesos del llamado “caracazo”. El presunto “estallido social” que sobrevendría al necesario ajuste era y es algo que ni siquiera el mismo Hugo Chávez, con todo y su carisma, liderazgo y control de la revolución durante sus catorce largos años de gobierno fue un tema que ni él mismo se atrevió a encarar. Sin embargo, un Nicolás Maduro, con todo y que no goza aún del mismo carisma y “autóritas” del fallecido líder revolucionario, ha tomado la sabia decisión de “revisar el precio de la gasolina”. De pronto leyeron mi último artículo en el alto gobierno.

Ante este anuncio, de manera populista e irresponsable, algunos líderes de la oposición venezolana se han pronunciado en contra del impostergable ajuste, argumentando razones acerca que el gobierno primero debe suspender los regalos a otros países así como la venta de petróleo en condiciones preferenciales, cuestión que si bien es cierto, una cosa no tiene que hacer con la otra. Pero más allá de eso, resulta incomprensible que alguien se oponga al ajuste, pues una gasolina “barata” al final sale cara pues el costo que implica subvencionar el combustible se terminan pagando siempre. Postergar esa decisión implica más inflación. Así de sencillo.

Pero el del ajuste al precio de la gasolina no es el único tema que hay que revisar para el año que viene. Queda en suspenso otro no menos importante: Cadivi, Sitme, Sicad. ¿Hasta cuándo vamos a seguir con el control de cambio?

Como sabemos, no es primera vez que se instaura un control de cambio en Venezuela. Experiencia tuvimos en los años 80 con el llamado Régimen de Cambio Diferencial, Recadi, quizá “una de las fuentes más prolongadas e importantes de corrupción” que se ha visto en Venezuela, en palabras del economista José Guerra. Ahora bien, en este tema el jefe del ejecutivo, Nicolás Maduro, si bien no ha tenido la valentía de acabar aún con el control de cambio, al menos le quiere hacer la guerra al llamado “cadivismo parasitario”, o lo que es igual, empresas que piden dólares para importar mercancía que luego no adquieren y usan los dólares para otra cosa, bien depositarlos en paraísos fiscales, bien para venderlos en el lucrativo negocio del dólar negro el cual se presume se cotiza a un diferencial casi 10 veces superior al 6,30 del dólar oficial. ¿Qué mejor negocio que adquirir dólares a x precio y revenderlos instantáneamente a 10 veces su valor?

En todo caso, en Venezuela tendremos un panorama difícil en este 2.014, el cual podremos resumir de la siguiente manera:

En lo político: Continuará la polarización con una oposición que está llegando al límite de su aceptación en torno al 50% del electorado, afianzándose en las grandes urbes pero dificultándose la aceptación para las zonas rurales y marginales. No habrá elecciones pero va a haber una situación que puede llevar al extremo la diatriba política: La aprobación como Ley de la República del llamado “Plan de la Patria”, la construcción de las comunas y el desmantelamiento de las alcaldías y gobernaciones. Si bien esto último no se ha reconocido, es obvio que al estar en funcionamiento las comunas las alcaldías y gobernaciones quedarían como “jarrones chinos”. Este podría ser el principal foco de conflictividad política en el país para este año. Habrá una renovación del liderazgo opositor.

Por otro lado, el Presidente Nicolás Maduro queda legitimado en el poder puesto que el reclamo del 14-A de parte de la oposición no prosperó y ésta participó en las elecciones municipales del 8-D reconociendo el CNE, aceptando sus resultados y, por lo tanto, reconociendo y legitimando el gobierno. Los meses de febrero-marzo serán muy calientes en lo político.

En lo económico: Se vislumbra un año difícil, la inflación estará por el orden del 60%, el control de cambio se mantendrá mientras el dólar paralelo continuará su carrera ascendente, podría llegar a los 2 dígitos al finalizar el año al tiempo que el oficial podría ubicarse entre 12 a 18 bolívares por dólar, continuará la escasez en los mismos rubros que estamos acostumbrados (leche, azúcar, mantequilla, papel tualé, harina, aceite, etc.) uniéndosele otros más que de vez en cuando escasean (carne, pollo, café, pañales, champú, jabones, toallas sanitarias, etc.). El pronóstico de crecimiento de 1% del P.I.B. para Venezuela presentado por un organismo internacional, es indicativo que la crisis económica se mantendrá durante todo el 2.014, a menos que haya una apertura de parte del gobierno que pase por el desmontaje progresivo del control de cambio, control del gasto público, reducción de la inflación, ajuste del precio de la gasolina, aumento del IVA en 2 o 3 puntos así como del ISLR en 5 puntos, impuesto al débito bancario de un 0,5 %, reglas de juego claras para los empresarios, reconocimiento pleno a la propiedad privada, cesar las dádivas al exterior y mayores garantías a la inversión extranjera. La típica receta neoliberal. También se agradecería la agilización de los procesos destinados a constituir empresas y registro de documentos, ya que las gestiones son muy engorrosas actualmente.

En lo social: Continuarán las protestas focalizadas mas no se logrará articular una protesta nacional contra el gobierno por parte de la oposición.

Venezuela no se acabará en 2.014 como piensan algunos, seguiremos como hemos venido estos últimos 14 años, con el gobierno avanzando 2 pasos y retrocediendo uno y una oposición que seguirá bailando al son  que le toque la revolución.

jonathanplanchart@dialogopolitico.net

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