Por Jonathan Planchart
«Sobre ese particular, se tejen varia tesis, todas reñidas con la versión oficial…»
En Venezuela, el tema de las elecciones presidenciales del 7 de octubre pasado sigue dando de qué hablar. A pesar de haber transcurrido ya varios días, casi 1 mes desde el evento comicial, un gran sector de los venezolanos que votaron por el candidato de la Unidad no terminan de aceptar que Hugo Chávez fue nuevamente reelecto para un tercer período de 6 años, lo que lo llevaría a gobernar, por la vía electoral, al menos 20 años consecutivos, y siguen especulando sobre lo que pudo y no pudo haber ocurrido ese 7 de octubre.
Sobre ese particular, se tejen varia tesis, todas reñidas con la versión oficial cuya fuente es del propio candidato, Henrique Capriles como sabemos, hoy auto-degradado a competir por el estado donde actualmente es gobernador: Miranda, donde desbancó a su propio compañero de partido y actual alcalde del Municipio Sucre de ese estado, Carlos Ocariz, a pesar que éste había sido electo en Primarias de oposición para competir con el candidato chavista a dicha gobernación.
La tesis oficial es que Hugo Chávez ganó en buena lid, “sin trampa” las elecciones del 7/O. De hecho, el propio candidato opositor se ha encargado hasta la saciedad de despejar dudas al respecto, actuando como si de abogado de su contrincante se tratase: “Yo lo quiero decir bien clarito, aquí no hubo fraude”; esta sentencia la ha repetido varias veces en distintas alocuciones públicas desde el mismo 7 de octubre. De paso, tilda a los que piensan que posiblemente hubo algo distinto, que pasó algo distinto a la versión oficial del Comando Venezuela y la Mesa de Unidad Democrática, de radicales, para luego insistir en el tema que el supuesto radicalismo “le ha hecho mucho daño al país”.
La anterior es la tesis oficial. Sin embargo, algunos venezolanos, que no somos tontos y que tenemos, conexiones y contactos, además de contar con herramientas como twitter y facebook, o si no, siempre está el hermano del primo del amigo de la vecina que trabaja en Miraflores o tiene un amigo en el Comando de Capriles que se enteran de todo, y ciertamente ha sido mucho lo que se ha especulado desde la misma noche del 7/O.
Una de las primeras tesis no oficiales es la de la negociación. Según esta tesis, Capriles habría ganado las elecciones, como lo reflejaba la tendencia sostenida de los exit polls, sin embargo,los responsables tanto del Comando Venezuela (CV) como de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) negociaron las elecciones con el gobierno. Se habla de una supuesta reunión que hubo la misma noche del 7 en la que habrían llamado a los representantes de la oposición y los emisarios del gobierno habrían dicho “está bien, ganaron, reconoceremos el triunfo pero entiéndanse ustedes con el pueblo chavista cuando les digan que no ganó Chávez, y olvídense que el ejército va a salir a reprimir”. Ante esta amenaza, los representantes de la oposición habrían recomendado al candidato, a fin de evitar una supuesta y anunciada guerra civil, reconocer justo lo contrario, para ello, se habrían de adecuar las cifras dadas al CNE que favorecerían a Chávez, mismas que Capriles reconocería sin chistar, de allí su actitud sumisa y visiblemente contrariada y afectada que manifestó el 7 de octubre en la noche. Otra razón que dan para justificar esta tesis es el hecho que supuestamente habían sacado unos tanques al tiempo que recogieron los toldos cerca de Miraflores, para luego volverlos a sacar y volver a meter las tanquetas; esos hechos, aparentemente ciertos, por la gran cantidad de testigos y personas que les llegó esta versión, más las fotos que circulan en el ciberespacio, aparentemente justificarían esos momentos en que 1) Pensaban que ganaba Chávez, luego 2) Ganaba Capriles (recogían los toldos y sacaban las tanquetas) y 3) Luego de la supuesta negociación, ganaba Chávez.
Otra de las tesis no oficiales que explicarían la derrota del candidato opositor es la del fraude. Cabe destacar que dentro de esta tesis en realidad hay 2; los que dicen que hubo Fraude Electrónico y los que sostienen que hubo un Fraude Electoral.
El Fraude Electrónico se perfeccionaría simplemente en las máquinas, en el acto de votación. Estaría signado por la premisa que las votaciones automatizadas no son confiables, y que un sistema automatizado jamás es 100% seguro. Quienes pregonan esta tesis se basan más bien en hipótesis y no en hechos comprobables, dada la dificultad que existe para comprobar los datos de un supuesto fraude. El único antecedente en Venezuela ha sido el publicado en 2 revistas científicas de los Estados Unidos, la “STATISTICAL SCIENCE” y la “JOURNAL OF STATISTICS REVEOU”, en las que hay publicados unos trabajos de científicos venezolanos en los que aparentemente estaría demostrada la existencia de un resultado fraudulento durante el Reférendum Revocatorio del año 2.004. Quienes defienden esta tesis dicen que, hacer un estudio de estas características requiere años de investigación, pero si se siguen usando las mismas máquinas, entonces ¿Cómo no dudar de la posibilidad cierta de un fraude electrónico en estas elecciones?
El otro, el Fraude Electoral puede a su vez contener o no elementos del Fraude Electrónico, pero es más fácil de probar porque por lo general la prueba está en los hechos notorios comunicacionales. El Fraude Electoral implicaría una conducta sistemática de parte del árbitro, en este caso el Consejo Nacional Electoral, de auspiciar o cuando menos impedir unas elecciones limpias, libres, equilibradas y tantos otros calificativos necesarios para que unas elecciones puedan catalogarse de Auténticas, con garantías electorales mínimas para el ciudadano y para las partes en juego.
De todas, el Fraude Electoral está cobrando una fuerza inusitada en Venezuela. Mucha gente dice que no va votar a menos que cambien la estructura del CNE, que no puede ser que 4 de los 5 directores del mismo estén a favor de una parcialidad política, por ejemplo. O que desean volver al sistema manual, o que solicitan eliminar las capta-huellas, o que sea depurado el Registro Electoral Permanente, o que cumpla el CNE verdaderamente su rol de árbitro electoral, sancionando las faltas y amonestando al candidato que infrinja la ley. Durante la campaña, fue claro que el candidato oficial usó y abusó de los recursos del estado para hacer campaña electoral, destinando fondos públicos de manera descarada en su campaña. Hasta aviones militares (Hércules C-130) se usaron para trasladar a empleados públicos y simpatizantes a los actos de campaña. Imagínese a Obama o Zapatero movilizando aviones del estado para actos proselitistas. O las intensas movilizaciones en autobuses, pagados con dineros de todos los venezolanos en traslados, o las transmisiones en cadena de actos de campaña disimulados; ninguno de esos excesos los frenó el CNE en desmedro de la otra opción política.
Sin embargo, aún cuando a la fecha los indicios de un Fraude Electoral están cobrando fuerza de manera tal que ya incluso hay un Recurso Contencioso de Nulidad de las elecciones del 7 de octubre pasado, quien debería ser el más interesado, el candidato opositor, paradójicamente no quiere que se mencione el tema del supuesto fraude. Cosas de la política venezolana, matan al tigre pero luego le tienen miedo al cuero. Así pasó el 11 de abril, así pasó cuando Rosales, así pasó el 7 de octubre. Nadie entiende.
jonathanplanchart@dialogopolitico.net