Por Omar Arenas Pérez
El mensaje que quedó después de las inscripciones de las candidaturas presidenciales 2.012
Dos figuras antagónicas formalizaron su candidatura para las próximas elecciones presidenciales ante el CNE, muchas diferencias quedaron en evidencia al contrastar los hechos y acontecimientos ocurridos el domingo y lunes pasado. Las características que marcaron la jornada, fueron señales claras de lo que sucede en el país, por un lado el abanderado de la oposición se mostró enérgico y entusiasta, arropado por la gente que lo apoya, y por el otro lado vimos al candidato oficialista que se presentó, cansado, repetitivo y con el mismo discurso de división que lo ha caracterizado desde hace años.
Es cierto que en ambos acontecimientos se pudo observar un nutrido número de personas, la diferencia mas que en la cantidad se percibió en la forma y en la esencia de los hechos, por un lado, el domingo 10, la gente caminó y corrió llena de emotividad acompañando al candidato hasta el ultimo momento. Por el otro lado, al día siguiente, el lunes 11, los hechos ocurrieron de forma distinta, a las personas allí presentes les toco esperar durante varias horas por la llegada del presidente, algunos lo hicieron por voluntad propia, y otros contra su voluntad, y esto se hizo evidente al ver como a medida que avanzaba el acto muchos abandonaban el lugar, bien sea por cansancio o por que sencillamente no querían estar allí, entre otras cosas.
La intervención de Henrique Capriles el domingo fue concisa, clara y optimista, con la consigna de unidad como bandera, hizo énfasis en la importancia de un país unido donde no cabe el odio ni el resentimiento, prometiendo gobernar para todos por igual. Mientras que el lunes, el mensaje de Hugo Chavez fue largo, pesado y belicista, cargado de odio y división, mantuvo su acostumbrada línea discursiva caracterizada por el resentimiento, señalando y menospreciando a quienes no comparten su forma de pensar.
El mensaje, la propuesta y la calidad de gestión que nos pudiera mostrar cada candidato, son factores importantes a la hora de medir la fuerza de cada contendor. Ciertamente el mensaje del presidente no nos dice nada nuevo, aunque la imagen que se pudo apreciar si nos dice mucho, mas allá de las 3 horas de discurso agotador y repetitivo, la imagen que quedo en la mente de muchos venezolanos, por mas que se desplegara todo tipo de artilugios para ocultar la realidad, fue la imagen desgastada del presidente y su entorno.
El gobierno esta claro, sabe que no está en su mejor momento, la mala gestión le esta pasando factura, su candidato no es el mismo de antes. Producto de la desesperación hacen uso del enorme caudal de recursos para tratar de chantajear y comprar al pueblo, optan por la descalificación para perjudicar el éxito obtenido por el adversario el domingo –grave error-. El venezolano ya no es tan ingenuo, sabe muy bien que es lo que esta pasando, y conoce de primera mano la fortaleza que esta mostrando el candidato de la oposición, fortaleza qué se confirma en cada uno de los recorridos y concentraciones que se están llevando a cabo por todos los rincones del país.
En este escenario electoral, se vislumbra un candidato que va en franca decadencia, a pesar de contar con todos los recursos económicos del país, así como con el control de todos los poderes del estado. Y por el otro lado, un candidato, que nos muestra una propuesta de país distinto, con una verdadera reconstrucción nacional, además de la promesa de devolvernos a los venezolanos todos los derechos de los que nos hemos visto privados en estos 14 años de retroceso.
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