Por Luis Eduardo Manresa
El amanecer dependerá de cada uno de nosotros. Digamos como Bernard Shaw: «hay gente que ven cosas y se preguntan: ¿por qué? Yo en cambio sueño otras y me pregunto, ¿por qué no? «.
Venezuela es un país de jóvenes, con la segunda tasa más alta de asesinados en América Latina. Aquí se ha instalado un sistema de gobierno castro-chavista sordo al grito de las nuevas generaciones, similar a lo que sucede en Cuba desde hace 50 años.
La juventud venezolana está marcando pautas; los dirigentes estudiantiles, los jóvenes de los partidos políticos, los jóvenes artistas, deportistas, dirigentes vecinales, los jóvenes dirigentes de los gremios profesionales y sindicatos, no descansan en la lucha por los derechos humanos y los espacios de libertad, otros lanzan gritos porque cese la masacre por un lado y la fuga del capital humano llamado a dirigir la Venezuela futura.
Están convencidos que son parte de las soluciones y tienen la intención de hacerse escuchar Es probable que en ambos países la salida venga de su juventud, la que ha crecido bajo el régimen y que no acepta transigir sobre el futuro, para que no se lo roben como a las generaciones anteriores.
En Cuba no quieren hablar de Castro sino de libertad: utilizan la música a fin de no escuchar los discursos oficiales. Gorki Águila, cantante del grupo de rock «Porno para Ricardo» expresa sus sentimientos con estas estrofas: «el Coma-andante quisiera que yo trabaje y pagarme un salario de miseria. El Coma-andante desea que yo aplauda cuando él habla y vierte su mierda delirante». El joven cantante término encarcelado por expresar lo que el cubano de la calle está cansado de practicar: «el silencio obligatorio».
En Venezuela los jóvenes que no han sido encarcelados han tenido que emigrar a otros países, incluso algunos utilizando la figura del exilio, como el caso de Nixon de la Universidad de los Andes (ULA), mientras que otros muchos han sido torturados, perseguidos e incluso mandados a agredir por ordas violentas e intolerantes del chavismo.
En Venezuela el caudal mayoritario del voto joven será decisivo en el resultado electoral del 7 de octubre.
No olvidemos que los frentes son muchos: los partidos políticos, universidades, liceos, mercados, sindicatos, colegios profesionales, agrupaciones deportivas y culturales, la opinión pública, la prensa nacional e internacional, la calle y la acción en las urbanizaciones y los barrios. Existen espacios de colaboración en la elaboración de programas y mensajes; con la solidaridad con los presos políticos, con los exiliados, con los que han perdido todo; con la Iglesia; con las organizaciones internacionales, con los que luchan por los derechos humanos, con otros países y sus representaciones diplomáticas. Los dirigentes juveniles deberán salir a la calle, promover encuentros en los cuales se recoja la opinión de la sociedad civil; se presenten soluciones, se discuta, se vaya en búsqueda del contacto humano, el que verdaderamente convence, demostrarle a los venezolanos de a pie que si hay esperanza, que si tenemos una muy bien prepara generación de relevo, que nuestros jóvenes son capaces de eso y más.
También no es menos cierto que los partidos que están al frente de esta lucha por la recuperación de la democracia, la paz y la libertad en Venezuela, deben de implementar con urgencia una renovación de sus autoridades, abrirse a las nuevas caras, a las caras de jóvenes capaces y preparados y entender que ahora, estos dirigentes veteranos, deben de pasar a un nuevo e importantísimo roll, el de la orientación, la formación y el apoyo de las nuevas generaciones de sus partidos.
Los partidos políticos son indispensables en la vida democrática, todos, sin discriminar a ninguno, a pesar de los errores cometidos en el pasado, porque en su momento también, con jóvenes valientes al frente, libraron grandes luchas, incluso a costa de sus propias vidas para dejarnos un país libre como herencia, por eso, debemos de entender que esto no es un problema de partidos, ni generacional, es un problema de renovación de sus autoridades y de fusionar gente joven, gente con fuerza y dinamismo con la veteranía y la experiencia de los grandes líderes .
Jóvenes con estas características, con una clara y responsable conciencia de país, y que en estos momentos, tenemos muchísimos, dentro y fuera de los partidos y se tiene que dar el ejemplo al país. Vamos a renovarnos, vamos abrir la oportunidad para que esos liderazgos emergentes surjan como alternativa en el país joven que somos.
Se debe realizar una labor política y de información al lado del pueblo venezolano, con ese que no lee la prensa libre, explicando cuál es la verdadera transformación que queremos, escuchando sus aspiraciones y sus necesidades. Hay que emplazar al Gobierno con cifras, con pruebas, denunciando sus mentiras, su abuso de poder, su violación a los derechos humanos, a la libertad de expresión, a la censura, el desabastecimiento, la inseguridad, el desempleo, su corrupción y la traición a la patria, todo esto con una divisa: «no aceptar perder ni un milímetro más de libertad». Decirlesque hay un solo camino para implementarlo todo: el respeto, la integración, el consenso, la solidaridad, la tolerancia, la unión de líderes y de sus ideas en una sola dirección Venezuela.
La juventud puede mostrar el camino para que la sociedad civil venezolana reconozca esa nueva alternativa que el país necesita; la de un líder que encarna la energía del progreso, como un presagio del encuentro futuro entre los ideales y las aspiraciones.
La juventud quiere dejar atrás el odio social que la tristemente célebre revolución bolivariana de Chávez sembró en el corazón de algunos, y entendió claramente que de su voluntad depende construir la medida de sus esperanzas.
Ellos representan la reconciliación, única manera de alcanzar la paz, de acabar con la violencia y la impunidad, los mayores problemas de nuestro país. Es imposible que un país avance si el venezolano tiene temor de caminar por la calle, a salir a trabajar, a no poder opinar por temor a ser agredido, a ser una burda copia de la Cuba Castro Comunista sesentona.
Pero no debemos confundirnos. Sacar a Chávez a través de unas elecciones no es el objetivo final; es tan solo la primera meta para alcanzar lo que verdaderamente queremos reconstruir: el sistema democrático que permita el libre desarrollo personal y colectivo, que restablezca una paz duradera; que reunifique a los venezolanos, que sirva para repatriar a nuestros hermanos que han salido del país por causas ajenas a su voluntad o temor por sus vidas , los capitales que han salido en busca de seguridad jurídica y se transforme de exclusión en inclusión.
Hoy se percibe la luz tras una oscura noche. El amanecer dependerá de cada uno de nosotros. Digamos como Bernard Shaw: «hay gente que ven cosas y se preguntan: ¿por qué? Yo en cambio sueño otras y me pregunto, ¿por qué no?».
Este es un momento UNICO en la historia democrática, no solo de Venezuela, sino del Mundo.
La historia se está reescribiendo con U, una U de Unidad, donde el compromiso, el amor por Venezuela, el respeto por las personas, el desprendimiento sincero de toda ambición de poder y riqueza, giran en torno a un joven líder, joven que debe de tener la asesoría y la sabiduría de los más veteranos, pero con el dinamismo que lo caracteriza, con una meta nada fácil, como es rescatar la democracia, la paz, la seguridad, las inversiones , la credibilidad en el País por parte de la comunidad internacional, la libertad de expresión, la generación de empleos, el rescate de nuestra economía, la integración y reconciliación de los venezolanos, en síntesis, el rescate de Venezuela.
Esta, señores, es la revolución que todos queremos, esta es la Nueva Revolución de los Jóvenes, que encarna Henrique Capriles Radonsky.
Luis Eduardo Manresa
Exiliado Político