Por Carlos Ernesto Rodríguez
Algunas consideraciones sobre el polémico caso de Repsol en Argentina.
El lunes 16 de Abril del 2012 ha tenido como noticia estelar en Iberoamérica el proceso de expropiación que ha iniciado el gobierno argentino sobre la empresa YPF donde algunas empresas de capital argentino y otras de capital foráneo como Repsol tienen acciones y por tanto intereses. La presidenta argentina Cristina Fernandez de Kirchner ha enviado al congreso un proyecto de ley donde se declara como de utilidad pública el porcentaje de acciones que se encuentra en manos de Repsol.
Este proceso ha generado la explosión definitiva de un problema bilateral entre Argentina y España. El gobierno español ha salido rápidamente en defensa de los intereses de las empresas españolas que se encuentran en Argentina y muy específicamente en defensa de Repsol.
He tenido la inmensa fortuna de vivir en ambos países y tengo muchísimos amigos de ambas nacionalidades así que trataré el tema con el mayor tacto posible, sin dejar de emitir las opiniones que considero oportunas.
En primer término creo que en una economía abierta y donde existan ciertas garantías es posible realizar la compra / Venta de acciones de empresas que cotizan en los mercados de manera bastante sencilla. Este es el caso de YPF, puesto que es una empresa que cotiza en la bolsa de Buenos Aires. Así, si el gobierno argentino hubiese querido retomar el control de la compañía porque han cambiado las prioridades del país, porque consideran que el sector es estratégico o simplemente porque creen que puede ser ahora una buena inversión para el país, solo hubiesen tenido que establecer una OPA (oferta pública de adquisición) para hacerse con el porcentaje de acciones que les interesaba.
Este análisis nos lleva a revisar un poco la forma como se hace el anuncio. Detrás del comunicado que lee Cristina Kirchner ante un auditorio que la vitorea, teniendo como fondo la imagen de Eva Perón y en cadena nacional, parece que hay toda una operación política muy bien estructurada que busca aprovechar la buena acogida que puede tener esta medida si se presenta como una operación para recuperar los recursos naturales que “deben ser manejados por los argentinos”, citando textualmente a un funcionario del gobierno.
Por otro lado, Cristina Kirchner lo que anuncia es el envío al congreso de un proyecto de ley, que debe obviamente ser votado y aprobado en el parlamento, pero es claro que será muy complicado para cualquier legislador (sobre todo para los que hacen oposición al gobierno), justificar el voto en contra de una medida que busca rescatar la soberanía argentina sobre el manejo de los hidrocarburos. Tiendo a pensar que una de las cosas que se busca con el decreto es la distracción de la opinión pública de problemas bastante importantes que tiene la economía argentina como la inflación, que muchos analistas coinciden puede ser realmente el triple de la cifra que el gobierno indica.
Parece que nos encontramos también en este caso con un tema geopolítico, que es una realidad cada vez más palpable y que no es otro que el aumento de la inversión China en América Latina. China está haciendo grandes inversiones en la región y de seguir esta tendencia (como todo parece indicar) terminará convirtiéndose en el principal socio comercial de la región, desbancando a los EEUU. He tenido la oportunidad de leer varios artículos en el último mes que indicaban que detrás de la expropiación a Repsol se encontraba un nuevo acuerdo que el gobierno Argentino estaba negociando de manera muy discreta con Sinopec (empresa china de petróleo), así como también se llegó a hablar de negociaciones de Repsol con la misma empresa para venderle su participación en YPF.
De confirmarse la participación china en todo este proceso, sería una muestra más de cómo el centro de gravedad económico del mundo se está desplazando del Atlántico al Pacífico, dándole cada vez mayor importancia y peso a los llamados países emergentes (o re-emergentes) como China e India. Y de cómo el comercio Sur-Sur está siendo cada vez más importante.
No sería entonces una jugada descabellada la que estaría realizando el gobierno argentino al optar por un socio hoy por hoy mucho más apetecible como lo es China.
En líneas generales entiendo y respeto que el gobierno argentino opte por tomar el control de YPF y decida operar con solo capital argentino o involucrando a cualquier nuevo socio, pero discrepo enormemente en la forma como se realiza la medida, que si bien traerá una bocanada de aire desde el punto de vista político y será seguramente bien recibida por un buen porcentaje de la opinión pública, también hará pensar con mayor detenimiento a futuros inversores antes de colocar dinero en el mercado argentino.
En fin, no queda más que esperar el paso del tiempo y ver en perspectiva el resultado de este proceso y sobretodo evaluar que terminará ganando el ciudadano de a pie en todo esto.
carlosrodriguez@dialogopolitico.net
Carlos. Muy de acuerdo con tu artículo. También creo que se trata de un discurso ya característico de CFK que tiende al nacionalismo como mecanismo para integrar a los argentinos a lo interno, dando fuerza a la idea de enemigo externo. Caso Malvinas, caso Repsol. Bastantes problemas internos tienen también con los escándalos de corrupción, y esta «cortina de humo» era bien oportuna. Pero claro que no se trata de meterse en un problema de esta magnitud para tapar otro: el negocio con China parece ya evidente y el tema de la soberanía no quedará más que en los lindos discursos de la Kirchner…