Por Jonathan Planchart Lehrmann
Dicen que en el amor y el dinero todo se vale, en la lucha por el poder político también. La política no es una ciencia exacta, es más, a mi entender, no sé por qué la llaman “ciencia”. El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) la define como “arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los estados”, y “actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”. Hay otras acepciones, en ninguna aparece la palabra ciencia.
Sin embargo, los que estudian la política como fenómeno social, hablan de la “ciencia política”, y quienes estudian a fondo esta última, se llaman politólogos, quienes tratan de observar las actitudes de los políticos y los ciudadanos bajo premisas “estrictamente científicas”. En ambas acepciones, la ciencia política tiene como objeto de estudio propio al poder que se ejerce en un colectivo humano. Así, la politología se encarga de analizar las relaciones de poder que se encuentran inmersas en un conjunto social, sean cuales sean sus dimensiones, locales, nacionales, internacionales y a nivel mundial. En la universidad, estudié en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, que no en una Facultad de Derecho, más bien, esta es una Escuela dentro de la Facultad, la otra escuela es la de Estudios Políticos y Administrativos- me refiero a la Universidad Central de Venezuela, por supuesto- lo que resalta más aún la condición científica del fenómeno político. Ahora bien, sigo dudando de la condición científica de esta ¿Actividad? ¿Arte? ¿Fenómeno social? ¿Condición humana? En una ocasión tuve una discusión con un tío científico, un verdadero científico, PhD en Química, y me porfiaba que el derecho no era una ciencia, que es otra cosa, pero que no puede ser ciencia, yo le decía que sí, que el derecho es una ciencia porque tiene un método propio, demostrable empíricamente, sujeto a unos parámetros lógicos de interpretación, bastante parecido al método lógico-matemático para obtener un resultado confiable. Sin embargo, no logré convencerlo. Ahora bien, para mí ciertamente el derecho forma parte de la ciencia jurídica, que como toda ciencia social carece de la precisión propia de rigor a las ciencias exactas. Sin embargo, en el caso de la politología, más precisamente, de la política, sigo dudando que ésta sea una ciencia.
En política no siempre 2 + 2 suman 4. De hecho, casi nunca es así. Rara vez la lógica se impone al momento de tomar decisiones. A la hora de predecir un resultado o un comportamiento político, es preferible acudir a un astrólogo que a un encuestador, politólogo o analista político. Por ejemplo, ¿Alguien en su sano juicio puede entender que un sujeto como Hugo Chávez tenga, en pleno siglo XXI, 12 años en el poder en Venezuela? ¿Pudo alguien imaginar que una vez destronado el caudillo militar el 11 de Abril de 2.002 hubiese regresado a las pocas horas nuevamente al poder? ¿Tiene sentido que faltando unos meses para las elecciones de diciembre de 2.012, prevalezcan los intereses sectarios de la muchas veces absurda oposición venezolana que el ponerse de acuerdo en torno al tema del candidato único? Pues, muchas de estas preguntas carecen de respuesta lógica, científica o matemática. Por eso, sigo pensando que la ciencia política como tal no existe.
Para empezar, Venezuela es un país que lleva más de 12 años bajo un constante e insensato bombardeo político, tanto del lado del Gobierno como de la Oposición, o más precisamente las oposiciones, y sus aliados: Los medios de comunicación privados “independientes”, los empresarios, los estudiantes, la Iglesia Católica y las ONG’s. En medio de la línea de fuego se encuentran los ciudadanos que simpatizan con una tendencia o la otra, las que no simpatizan con ninguna y los apolíticos. Sin embargo, es fuego cruzado. La artillería la enciende el Jefe de Estado, todos los domingos en su programa estelar “Aló Presidente”, en seguida responde Globovisión con una programación dedicada casi exclusivamente a hacerle la vida imposible al Gobierno; durante la semana, los diarios EL NACIONAL, EL UNIVERSAL, EL NUEVO PAÍS y TAL CUAL, entre otros, se encargan que la gente de a pie tenga las espuelas afiladas, lo mismo hace el Gobierno con su enjambre de redes comunicacionales del estado: VTV, TVES, VEA, ANTV, VIVE, Correo del Orinoco, panfletos gratuitos como CIUDAD CCS, más conjunto de emisoras radiales de poca monta dispersadas por todo el país, se encargan de recordarle a los fanáticos del Comandante que con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo. Un verdadero crimen de lesa humanidad ejecutándose de manera sistemática contra la psiquis del venezolano, de parte y parte, aunque sin lugar a dudas la mayor responsabilidad pesa sobre los hombros del Gobierno.
A todas estas los venezolanos, al parecer, han asumido esperar no tan tranquilos, las elecciones de 2.012; así se lo ha hecho creer el Gobierno a sus fanáticos seguidores y a la incautas oposición democrática, y así lo han aceptado las principales vocerías de esta oposición venezolana; ahora bien, entre el gobierno y la oposición sólo los separa una delgada línea roja. Hay sectores opositores, entre ellos algunos medios de comunicación, que viven de criticar a Chávez, éste les ofrece el combustible necesario para poder vender sus periódicos y poder mantener en el aire canales como Globovisión. Sin Chávez en el poder, sus medios se irían a la ruina. Esta tesis no es mía, es de Miguel Salazar, pero yo la comparto de manera parcial. ¿Serían igual de mordaces estos medios con los opositores a Hugo Chávez en el poder, a quienes les han servido de tribuna pública durante años? Eso ya entra en el terreno de la especulación, pero el hecho cierto es que estamos en campaña electoral y el Gobierno una vez más le tomó la delantera a la oposición.
Mientras el “Líder de la Revolución” ofrece hacer en 2 años lo que no ha hecho en 12, los que controlan la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ponen en serio riesgo la única posibilidad real de salir del caudillo de Sabaneta por la vía electoral, esto es, una candidatura presidencial unitaria para el 2.012. Por absurdo que parezca, la MUD, lejos de tener ya una situación predefinida, no cuenta con una fecha cierta para la realización de las hipotéticas elecciones Primarias que en teoría elegirían al candidato único de la Oposición; más absurdo aún, la Tarjeta Única parece haber quedado en el olvido; peor aún, ni siquiera se ha presentado un Programa de Gobierno de Unidad, se habla de un posible “gobierno de transición”, como si Chávez estuviera contra las cuerdas; se habla de “alianzas ideológicas”, que si los socialdemócratas por aquí, que si los demás por allá, increíblemente se teje de todo menos de lo que de verdad importa a la oposición venezolana de a pie, harta de Chávez y su Revolución de pacotilla, y por los vientos que soplan, no solo se encaminan directo al atolladero, sino que esta actitud, promovida por algunos sectores que hacen vida dentro de la MUD, puede llevar al país opositor a la total desmoralización y apatía, o a la insurgencia. No se puede ser tan miope.
A ver, la situación de la oposición es extremadamente compleja. Por un lado tenemos la realidad: Para lograr un cambio en 2.012, es necesario un candidato único, si va acompañado con una tarjeta única, mejor aún. El caso es que el sentido común impone que ese candidato único, más allá de lograr un consenso entre los factores políticos que hacen vida dentro de la MUD, sea lo más potable posible para el electorado opositor venezolano. Ese electorado no quiere ver más Hugo Chávez en Miraflores, pero tampoco quiere volver al pasado, es decir, no quiere alguien que se identifique claramente con la llamada Cuarta República; para qué ponerse a buscar entonces la cuadratura del círculo con pseudo pactos dizques socialdemócratas, buscando neutralizar las opciones lógicas matemáticas. Buscar una candidatura que no reúna las condiciones arriba señaladas sería una decisión, cuando menos, anticientífica, y que se esté jugando a eso, a estas alturas me parece insensato. Por eso pienso que la Unidad está en crisis, varios factores conspiran contra ella. Con este desafío, comprobaremos si en verdad la política es una ciencia o como dice el DRAE, una actividad.
jonathanplanchart@dialogopolitico.net
Sr. Planchart mis respetos ante todo, por demás esta decirle que esta errado en muchas de las premisas que pretende meter de contrabando en esta publicación, en primer lugar si la ciencia es ciencia, o la ciencia política es ciencia científica o se define como tal, es por que de acuerdo al conjunto de conocimientos sistemáticamente concatenados o contrastados, llegamos a una conclusión lógica social, que nos permites obtener resultados diversos mediante una serie de pruebas y conocimientos razonados. Situación que perfectamente puede encajar dentro de las característica de las ciencias en general, en este caso ciencia social. al vincular el estudio de conductas, comportamientos sociales en general, aplicamos las reglas de control y organización ciudadana, llamadas leyes por medio de políticas en el mayor sentido de la palabra, las cuales son producto de las necesidades del individuo para garantizar su bienestar, para ello utilizamos el método de ensayo y error. procurando aplicar el resultado mas favorable.
Por otro lado en lo que a mi respecta creo que es apresurado de su parte venir a sacar conjeturas poco fundadas en torno a la evaluación y selección del candidato presidencial, una cosa es que las encuestas digan si o no, o que los medios intenten vender, recuerde lo que paso las elecciones presidenciales pasadas por el desespero y el afán electoral. Deje que los gallos se midan y que se resalte el mejor. En cuanto al saboteo interno de factores de antaño que mas que aceptación generan desprecio, estoy totalmente de acuerdo. Sabe a que me refiero. figuras que al parecer juegan para otro equipo o reciben lineas directas (especulativo o cierto) dígame ud. su opinión.
Saludos cordiales
Camilo Pietri
Saludos
Que falacia tan aburrida. no mames guey, prefiero quedarme en misa!!!!!
buen artículo aunque un poco pesado al principio pensaba que no llegaba a ningún lado, después me fue gustando mas, lo recomiendo para tener algo que leer.
Que poca inteligencia tienes Jonathan Planchart Lehrmann seguramente eres abogado te repito abogado no es politologo ok ni es politico es un abogado , la ciencia politica va mas alla de lo que tu puedes entender no sea un analfabeta politico .
Yo creo que el análisis del artículo es muy interesante, puede que no esté de acuerdo con algunas cosas, pero si que se muestra una postura y una opinión que algunos comparten, por otro lado Victor Brett me parece que eres un tanto resentido, blasfemias y nada de argumentos, seguramente no eres ni politólogo ni abogado ni nada, o será que eres chavista…. (de allí el analfabetismo político)