Por Jonathan Planchart Lehrmann
A lo largo de la historia han sido muchos los caudillos, dictadores, reyes, emperadores que han buscado fórmulas mágicas para permanecer en el poder
Un 24 de julio de 1.783, nació Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, Simón Bolívar, el Libertador. Sin lugar a dudas, junto con Sebastián Francisco de Miranda, los venezolanos más influyentes de la historia universal. Las proezas que realizaron estos 2 hombres a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX rayan en lo épico.
Este 24 de julio de 2.010, el “gobierno bolivariano” decide celebrar el cumpleaños de Bolívar en su cripta, es decir, en el Panteón Nacional. Una semana antes, ya su tumba había sido exhumada y sus restos manoseados por unos cuantos expertos y científicos a la vista (incrédula para muchos) de todos los venezolanos en cadena nacional.
No tengo ningún complejo con que se exhumen los restos de algún personaje con fines científicos; sin embargo, la forma en que el gobierno de la revolución del siglo XXI ha hecho uso y abuso, no ya del símbolo patrio que por excelencia une a los venezolanos, como lo es el del Libertador, aprovechándose una parcialidad política de su legado para sus intereses partidistas -cuestión ilegal por demás-, en una actitud cuando menos ética y moralmente irresponsable (por cuanto no podríamos preguntarle a Simón Bolívar si está de acuerdo o no con lo que se está haciendo en su nombre) es algo que aquí debemos objetar y protestar.
Hugo Chávez, y su mentada revolución cubana (a las cosas hay que llamarlas por su nombre), no es el primer gobernante venezolano que se aprovecha de la imagen y obra del Libertador para sus propios beneficios e intereses. Anteriormente lo hicieron caudillos como Antonio Guzmán Blanco, Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, -todos ellos, como Bolívar, militares de carrera-. Por supuesto que al ser Bolívar un personaje querido en el imaginario e idiosincrasia popular venezolana, hacerse redentor de esa simbología implicaría el visto bueno del electorado.
Sin embargo, la vigente Ley de Partidos Políticos, Reuniones Públicas y Manifestaciones, publicada en Gaceta Oficial de la República de Venezuela el 16 de diciembre de 1.964, dispone taxativamente en su artículo 32 lo siguiente: “Se prohibe el uso de los símbolos de la patria y de los retratos o imágenes de los próceres de nuestra independencia en la propaganda de los partidos”. De igual manera el artículo 204 de la vigente Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política (G.O. Nº 5.233 Extraordinario del 28/05/98), establece en su artículo 204 que: “Queda igualmente prohibido el uso, en la propaganda electoral de los símbolos de la Patria y del nombre, retratos e imágenes del Libertador y de los Próceres de nuestra Independencia, el uso de los colores de la bandera nacional y regionales en el orden establecido por la ley y en cualquier orden que pueda inducir semejanza con los pabellones nacional y regionales”.Aunque parezca increíble, ambas leyes están vigentes. Esta normativa sancionada en el antiguo Congreso de la República de Venezuela, se tipificó justamente para evitar que parcialidad política alguna pretendiera adueñarse de un símbolo que nos pertenece a todos los venezolanos, como lo es el del Libertador, su nombre, gesta, etc. Si bien tanto el MVR como el PSUV utilizó y utiliza logos y colores distintos a la Bandera y Bolívar, los actos proselitistas tanto del gobierno como de ese partido llegan al colmo del abuso, tanto así que el mismo gobierno se define a sí mismo como “bolivariano”, el nombre y efigie del Libertador están presentes en cuanto mitin hace el ciudadano Presidente-Comandante, llegando a abusos tan grandes como colocar la imagen de Bolívar al lado de la del Che Guevara, Fidel Castro, Marx y Lenin en panfletos y propaganda oficial, manosear la Espada del Libertador en público, regalar réplicas de las mismas a personajes siniestros de la política internacional y ahora la exhumación (¿profanación?) del cadáver del mismísimo Simón Bolívar, para celebrar su cumpleaños curiosamente sobre su tumba.
El que no observa una simbología extraña en todo esto es porque está ciego. A lo largo de la historia han sido muchos los caudillos, dictadores, reyes, emperadores que han buscado fórmulas mágicas para permanecer en el poder. Mientras Hitler, por ejemplo, edulcoró la tesis de la raza superior para ensalzar de ego a los teutones con el fin que tuvieran más ánimo y razones para emprender la sed de conquista y dominación del Führer, de forma oculta buscaba también hacerse de algunos símbolos mágicos que le permitieran eternizarse en el poder; no es cuento que el Tercer Reich estaba en la búsqueda, entre otros objetos de valor místico y esotérico, del Arca de la Alianza y el Santo Grial. Pongo el caso de Hitler por citar un solo ejemplo, que de seguro hay muchos. Pero lo extraño es que lejos de enaltecer el buen nombre del objeto de culto (El Libertador, la Espada de Bolívar) pareciera, y en este punto yo no creo que sea de manera inadvertida, que quiere enlodar ese mito, porque todo lo que hace es contrario al ideal de Bolívar, entre otras cosas porque Bolívar no pudo ser marxista, ergo, no podría ser socialista ni mucho menos comunista, por la sencilla razón que cuando Bolívar muere Marx apenas contaba con 12 años… Más aún, Marx, cuando ya era un filósofo fue también un crítico del pensamiento de Bolívar, de hecho, parece que lo odiaba como persona, a juzgar por los términos en que se refiere al Libertador en carta dirigida a Engels en 1.858, calificándolo como el“canalla más cobarde, brutal y miserable.
Por eso, es un absurdo que se pretenda usar la imagen de Bolívar como si fuera un ícono del marxismo internacional.
Por otro lado, todo esto de la exhumación-profanación de Bolívar vista por los venezolanos casi a la media noche del viernes pasado en cadena nacional, más esto de hoy en el Panteón es como para preocuparse un poco, no por los presuntos poderes místicos que pudiera adquirir “Mauricio”, pero tampoco es desdeñable que un tipo con tanto ego, dinero y poder esté invirtiendo presumiblemente una ingente cantidad de dinero del erario público para utilizar el ADN de Bolívar con fines estrictamente personales y partidistas. Este es el punto. Además, un escenario así es muy posible, hay cosas que hacen estos caudillos que uno se entera es cuando caen; volviendo al caso de Hitler, los campos de exterminio se descubrieron luego de la caída del Tercer Reich, así como se hicieron públicas sus aficiones ocultistas y esotéricas; Juan Domingo Perón, estuvo llevando a cabo de manera secreta una planta de energía nuclear en la Patagonia argentina, el llamado “Proyecto Huemul”, y la sociedad argentina nada sabía de esto.
Ciertamente “Mauricio” tiene unos dotes de oratoria que no se pueden ocultar, y sabe de historia, eso tampoco se puede ocultar; en su discurso habló del malestar que le había causado a Bolívar ver el hecho de la coronación de Napoleón, algo así como que los revolucionarios terminaron traicionando sus ideales corrompiéndose con la burguesía, y que esta revolución (la de Chávez) vendría esta vez a culminar el sueño inconcluso de Bolívar redimiendo al hombre en una sociedad de iguales. Tildó a Bolívar de socialista entre otras menudencias. Yo me pregunto: ¿Qué hay de la boliburguesía? ¿Qué hay del mismísimo Hugo Rafael que no se quiere bajar del poder? ¿Acaso se cree imprescindible? ¿No cae Hugo Rafael en la mismísima contradicción que perturbó a Bolívar al ver autocoronarse Napoleón como emperador? Cómo viven hoy los revolucionarios venezolanos? ¿Cómo vivían hace 11 años? Revolución bolivariana o excusa para permanecer en el poder al estilo cubano?
En tercer lugar, y como para terminar de ofender a Simón Bolivar, nada más antibolivariano que lo que acaba de hacer el día de hoy el Comandante Hugo, llamando terrorista al “ejército de la burguesía colombiana”, casi que retando a una guerra a los colombianos, propiciando la desunión entre estos 2 países hermanos que juntos conformaron alguna vez la Gran Colombia, que sí fue en realidad el gran sueño de Bolívar, y que no se pudo concretar precisamente por la desunión, hoy este bárbaro que tenemos por mandatario, insultó una vez más la memoria del Libertador desde su Panteón, quien una semana antes de morir escribió en su última proclama:
A los pueblos de Colombia
Colombianos:
Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiáis de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.
Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales.
¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Hacienda de San Pedro, en Santa Marta, a 10 de diciembre de 1830. 20º.
Concluyendo, podríamos afirmar que el gobierno que de manera ilegal confiscó el nombre e imagen de Bolívar para supuestamente reivindicar la obra liberadora forjada supuestamente de manera inconclusa hace 200 años, no hace más que pisotear y prostituir de manera sistemática la imagen de nuestro símbolo de unión patrio e identidad nacional por excelencia, quién sabe por qué motivo.
Sin lugar a dudas, este es el régimen más antibolivariano de nuestra historia. Es un hecho que exhumaron los restos del Libertador para volverlo a sepultar en el aniversario de su nacimiento.
Sin mayores comentarios.
jonathanplanchart@dialogopolitico.net