Por Omar Arenas Pérez
El 12 de enero de 2010, Haití fue azotado por un sismo que a su paso dejo destrucción y desolación, haciéndose sentir con mucha fuerza en casi todo el territorio del país caribeño, dejando centenares de victimas, huérfanos, desvalidos, y una enorme cantidad de daños materiales, poniendo a prueba la solidaridad de las naciones y al sistema internacional.
Haití es un pequeño país situado en las Antillas, con una población de mas de 10 millones de habitantes, donde su capital, y principal ciudad es Puerto Príncipe -que también quedo devastada por el terremoto- su principal fuente de ingreso es la agricultura, la pesca , la mano de obra textil y el turismo, fuentes de ingreso que a duras penas contribuyen con la economía del país. Haití básicamente depende de la ayuda que recibe de programas para la cooperación y desarrollo económico, proporcionada por el Fondo Monetario Internacional y por países ricos catalogados como países donantes.
A pesar de ser el primer país de America Latina en proclamar su independencia el 1 de enero de 1804, es hoy día el país mas pobre de todo el continente Americano, esto en gran parte por causa de la violencia política y las dictaduras que han gobernado desde su independencia. En el pasado ya las Naciones Unidas tuvieron que intervenir y hacer frente al clima de violencia y caos político que ha azotado al país a lo largo de su historia. Haití puede ser considerada como una nación políticamente inestable y con una muy corta trayectoria democrática.
Hoy nuevamente Haití ha requerido de la ayuda exterior, no por causa de la violencia, o por la incapacidad de sus gobernantes. Esta vez La comunidad internacional ha tenido que enfrentar el reto de lograr ayudar y asistir al pueblo haitiano, en un momento en que la naturaleza ha causado estragos, profundizándose la pobreza y la inseguridad, aumentando las carencias y necesidades haitianas.
La ayuda humanitaria proporcionada por: la Comunidad Europea, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Uruguay, entre otros, ha permitido que se acelere el apoyo a las victimas de la tragedia, centenares de médicos, especialistas en rescate, así como alimentos, medicinas y bebidas, han llegado a la isla desde distintos puntos del planeta, colaboradores y donantes, tanto privados como estatales han tomado parte en esta labor. Pero quien ha protagonizado y se ha llevado el liderazgo en todas las operaciones de ayuda, ha sido Estados Unidos, quien ha enviado la mayor parte de los suministros y a su vez ha enviado una importante cantidad de tropas militares.
La distribución de los suministros recibidos en Haití, han conseguido una serie de inconvenientes que han imposibilitado el reparto equitativo a todos los sectores del país, la inseguridad y la falta de infraestructura dentro del territorio haitiano, ha generado graves complicaciones para esta tarea. Por su parte los soldados estadounidenses controlan la totalidad de los puntos estratégicos, como: aeropuerto, cuarteles militares, policiales y centros de comunicación, reservándose prácticamente el manejo absoluto de la situación de alarma.
Como consecuencia de la presencia militar de los Estados Unidos, se ha generado cierta polémica y criticas por parte de algunos sectores, como por ejemplo: la Alianza Bolivariana Para Las Américas (ALBA). Para Hugo Chávez y Evo Morales esta situación significa -una ocupación militar estadounidense en Haití- lo que ellos califican como: una amenaza para los pueblos de América Latina. La falta de protagonismo del gobierno de Venezuela, en la ayuda y cooperación con el pueblo haitiano, sin duda ha generado el rechazo y las criticas hacia la ayuda internacional, en especial si esta proviene de los Estados Unidos, por considerarlo como enemigo de los intereses del llamado modelo bolivariano. –podría pensarse que intenciones provenientes de Venezuela pretenden aprovecharse políticamente de esta tragedia.-
Pese a las declaraciones del ALBA, La Unión Europea, en palabras de su presidente de turno, el jefe del Ejecutivo español “José Luís Rodríguez Zapatero”, defendió y apoyo la labor que ha venido desempeñando los Estados Unidos en apoyo a las victimas del terremoto de Haití. Por su parte la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha manifestado -que la cooperación entre esta organización y los Estados Unidos, es en estos momentos lo mas importante para lograr solventar la crisis haitiana- el presidente haitiano “René Préval” justificó el despliegue llevado a cabo por las tropas estadounidenses, y afirmo que han llegado a petición del gobierno, asegurando que no existe ningún bloqueo para evitar la ayuda de países como Venezuela o Cuba –resulta claro el papel protagónico y la importancia que ha cobrado EEUU en el caso haitiano– .
Si embargo, el protagonismo no debería estar únicamente centrado en el apoyo de EEUU, esté protagonismo o liderazgo, debería provenir principalmente de las Instituciones y Organizaciones Internacionales , quienes ahora deben enfrentar este gran reto, tanto en materia de cooperación al desarrollo como en ayuda humanitaria, estas deben probar que de verdad su participación es útil y necesaria, en su agenda deberá prevalecer la buena voluntad de las naciones, y la solidaridad con el pueblo haitiano, la ayuda en conjunto, así como una cooperación seria entre las distintas naciones, resultará esencial para el rescate del pueblo haitiano, y a su vez contribuirá a la consolidación de las Instituciones Internacionales y la defensa de los derechos humanos.
El papel de la comunidad internacional a través de sus Organismos Internacionales debe ser el principal protagonista, la ayuda a la reconstrucción y recuperación de Haití debe estar liderada por el sistema internacional, el apoyo de instituciones como UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos, entre otros, deben tomar la batuta en los problemas de su competencia, todos los problemas y necesidades que padece actualmente el País, deben ser asumidos por Instituciones creadas para dar respuesta en casos como este, es importante tomar en cuenta que todos los proyectos de recuperación del estado, deben considerar la implicación activa de los ciudadanos haitianos.
En caso contrario de que la comunidad internacional, no logre jugar un papel importante que demuestre que se encuentra consolidada, y con la suficiente fuerza y liderazgo para actuar en situaciones de emergencia como un desastre natural, y que sus propuestas no se quedan solo en discursos políticos, si no que van mas allá y que pasan de la palabra a la acción, simplemente se estaría perdiendo terreno en los avances logrados en materia internacional.
La falta de liderazgo de La Organización de las Naciones Unidas en la tragedia que sacudió Haití, inclina la balanza hacia países como Estados Unidos, quien por falta de capacidad de las Organizaciones Intergubernamentales, ha asumido la batuta en las labores de rescate y reconstrucción, dejando en segundo plano a los Organismos Internacionales, poniéndose en duda la capacidad del sistema internacional y de sus instituciones. –Lo que si es claro es que la ayuda humanitaria y de reconstrucción debe provenir de algún lado-.
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